Ejemplo que pone en tela de juicio nuestra noción de "lo que es normal"

"Los indios tarahumara, del norte de Sonora, son conocidos por los fisiólogos porque pueden correr entre 40 y 80 km a diario a grandes alturas sin sentir molestia alguna. Algunas tribus participan semanalmente en este tipo de maratón.

Un fisiólogo estadounidense examinó al vencedor de una de esas carreras dos minutos después de haber pasado la línea de llegada. Descubrió que su ritmo cardíaco era mucho más lento que cuando había empezado a correr. Esta proeza es especialmente admirable, ya que los tarahumara viven, por lo general, con una ración de 100 kg de maíz por familia y año, y la mitad sirve para la fabricación de cerveza de maíz. Otros alimentos como los tubérculos son difíciles de encontrar, ya que la estación en que crecen es muy corta. Siendo capaces de desarrollarse a pesar de una alimentación tan pobre, los tarahumara son un claro ejemplo de una flexibilidad casi infinita de su sistema cuerpo-mente.

Además, su adaptación es tan perfecta, que cuando se les somete a un «régimen equilibrado», rico en vitaminas y minerales, muchos indígenas, en proporciones epidémicas, desarrollan enfermedades del corazón, hipertensión, trastornos de la piel y caries dentales, enfermedades que jamás conocieron con anterioridad.

Evidentemente, estos ejemplos ponen en tela de juicio nuestra definición de la
normalidad. Estos ejemplos ponen en tela de juicio nuestra definición de la
normalidad.


Lo «normal» es sencillamente la zona en que nos gusta vivir. No es una regla, sino una preferencia. Los indios tarahu-mara, probablemente porque son descendientes de los mensajeros del Imperio de los incas, recorrían los Andes de un lado a otro ajustándose a una normalidad distinta de la nuestra, más ajustada a su estilo de vida. A pesar de su régimen alimenticio, la voluntad de sus antepasados de correr 70 km diarios era más fuerte que sus limitaciones corporales. Su organismo se adaptó a la inteligencia, sin lugar a dudas, y no a lo contrario.


La curación cuantica. Deepak Choprah. Página 68 y Página 72

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