Aplicando la holografía a la comprensión del cuerpo humano

El principio holográfico de que «cada parte contiene el todo» se halla expresado a nivel altamente simbólico en la estructura celular de todos los organismos vivientes.

En el mundo de la biología celular los descubrimientos científicos han demostrado que cada célula contiene una réplica del plan maestro o código ADN original, cuya información bastaría para reconstruir un cuerpo humano entero.

Esta característica es la base de los experimentos de clonación celular.

El hecho de que cada célula del cuerpo humano contenga información suficiente para crear un doble perfecto guarda analogía con el principio holográfico, según el cual cada trozo contiene la información necesaria para reconstruir el todo.


El principio holográfico también puede ser de utilidad para la comprensión de los campos bioenergéticos asociados a la estructura físico-química del cuerpo humano.


Nuestro conocimiento cada vez más detallado del ADN contenido en los cromosomas del núcleo nos ha permitido profundizar en fenómenos tales como la división celular, la reproducción y la diferenciación de las células embrionarias primitivas en diversos tipos de células especializadas que realizarán funciones determinadas del organismo.

En cambio, hasta el presente lo que sabemos del ADN no explica cómo las células diferenciadas del feto humano en vías de desarrollo se encaminan hacia las localizaciones espaciales adecuadas que van a necesitar para llevar a cabo esas funciones especializadas.

En alguna fase las células indiferentes se iran convirtiéndose en tejido nervioso, óseo, muscular y conjuntivo, y emprenderán una migración hacia los lugares que les corresponden para formar un organismo humano completo.

Nuestro conocimiento actual de la biología molecular y del ADN logra explicar por completo cómo tiene lugar el proceso de diferenciación durante la reproducción de las células del embrión humano en vías de desarrollo. El ADN contiene toda la información necesaria para que cada célula sepa cómo desempeñar su papel, cómo manufacturar las proteínas que le convienen, etc. Lo que no explica el ADN, en cambio, es cómo esas células recién diferenciadas se dirigen a las legalizaciones espaciales que les corresponden, durante el desarrollo del nuevo ser.

Es muy probable que la organización espacial de las células sea modulada por un mapa tridimensional complejo que predispone cómo ha de ser el futuro organismo desarrollado. Y dicho mapa o molde sería la función de un campo bioenergético que acompaña al cuerpo físico. Este campo o «cuerpo etéreo» es un patrón holográfico de energía que aporta la información codificada para la organización espacial del feto, así como una plantilla para la reparación celular en caso de daños infligidos al organismo en vías de desarrollo.

En apoyo de esta hipótesis de un cuerpo energético holográfico puede aducirse una serie de pruebas científicas de las que se irán hablando en este blog

(Todo este texto es extractos del libro de Richard Gerber "la curación energética")



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