La fotografía electrográfica, un paso más en el viaje a las pruebas de los campos bioenergéticos


En apoyo de la naturaleza holográfica de estos campos de bioenergía se dispone de nuevas pruebas, aportadas por los trabajos experimentales en el dominio de la fotografía electrográfica.

Conviene saber que la electrografía, o fotografía Kirlian, es una técnica que consiste en fotografiar seres vivos en presencia de un campo eléctrico de alta frecuencia, alta tensión y baja intensidad, técnica cuyo pionero fue el investigador ruso Semión Kirlian.

Ambos científicos (Burr y Kirlian) desarrollaron técnicas experimentales que permitieron medir las variaciones de los campos de energía propios de los seres vivientes.

Kirlian estudió los mismos campos eléctricos del organismo, pero su técnica electrográfica traducía las medidas eléctricas de Burr en las características visuales de un efecto corona eléctrico.

Tanto Burr como Kirlian descubrieron que ciertas enfermedades como el cáncer originaban una alteración significativa de esos campos electromagnéticos propios de los organismos vivientes. Kirlian llegó al mismo resultado que Burr al respecto, fotografiando la descarga corona alrededor del cuerpo, que corroboraba las modificaciones del campo energético relacionadas con la enfermedad.

En su versión más elemental, la electrofotografía se basa en la observación de un fenómeno llamado el efecto corona. Cuando se sitúa un objeto conectado a tierra dentro de un campo eléctrico de alta frecuencia, se produce una descarga característica entre el objeto y el electrodo que genera el campo. 

El término «descarga corona» proviene de la observación de los patrones producidos por los objetos de forma circular; en estos casos la descarga en la periferia del objeto genera una figura parecida a la corona externa del sol durante un eclipse.

Cuando se intercala una película fotográfica entre el objeto y el electrodo, la descarga queda registrada en la emulsión sensible. El efecto corona es debido a las trayectorias de millones de microdescargas, consecuencia de la formación de una nube de electrones que van del objeto a la placa fotográfica sobre la cual descansa aquél. 

Según el tipo de película sensible utilizado y las características energéticas del generador que produce el campo, la imagen electrográfica da muchos y hermosos colores, y una gran variedad de figuras en forma de halo, lo que algunas veces se ha descrito como «el aura de Kirlian».

Numerosos factores biofísicos como la temperatura, la humedad, el microclima local, la presión atmosférica, etc., pueden influir en el resultado del experimento. (de esto se hablará en otra entrada)

Pese a este gran número de variables susceptibles de afectar a la imagen obtenida, muchos investigadores han logrado deducir informaciones biológicamente relevantes  atendiendo al aspecto de las electrografías de las coronas formadas alrededor de las yemas de los dedos. Las figuras obtenidas por este procedimiento revelan datos significativos para el diagnóstico en cuanto a la presencia de cánceres, fibrosis quísticas, y otras dolencias padecidas por el individuo cuyos dedos se fotografían. (pendiente de puntualizaciones en otra entrada)

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